Dos mujeres recorren 4.000 kilómetros en bicicleta para rescatar el buen vivir de los pueblos originarios

Nómadas Bicibles es un proyecto ideado por Melissa Steffany Quiroga Linares, 30 años, socióloga, colombiana. Y por Guadalupe Pérez Marchetta, 30 años, veterinaria, de Salta. Es necesario presentarlas así para comenzar a entender de lo que se trata esta apuesta que hicieron al emprender un viaje de más de 4.000 kilómetros desde Córdoba a Ushuaia, en bicicletas que ellas mismas armaron.

Si les preguntas de qué va la iniciativa, las chicas contestan que pedalean en búsqueda de un intercambio de saberes y del buen vivir de los pueblos originarios, de prácticas locales que contribuyan a un mundo más sostenible con paz y equidad.

Preocupadas por la salud humana y ambiental es que decidieron emprender este viaje sin tiempo, en el cual van rescatando y visibilizando historias de mujeres y disidencias que sostienen acciones para mejorar la vida del planeta. Todo lo hacen desde una perspectiva ecofeminista.

En comunicación telefónica con estas chicas, Zona de Ciclistas pudo interiorizarse un poco más sobre lo que proponen con este emprendimiento y este estilo de vida. Al momento de nuestro contacto, se encontraban en Mendoza, con más de 800 kilómetros recorridos. "Estamos interesadas en saberes locales, también denominados saberes tradicionales, indígenas, originarios o campesinos, porque integran un conjunto de visiones, normas, prácticas y conocimientos transmitidos por generaciones, formando parte de su identidad cultural. Los mismos son intercambiados y transmitidos mediante relaciones de reciprocidad y reflejan su propia cosmovisión", contaron.

Seguidamente explicaron el porqué de una perspectiva ecofeminista: "Abordamos  el ecofeminismo como una corriente de pensamiento que invita a  restablecer el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano,  abrazándola y reencontrándonos con nuestra parte femenina, preservando la diversidad como derecho universal y una forma natural de existencia. Por esto en nuestro viaje nos parece fundamental visibilizar las acciones que realizan mujeres y disidencias que le apuestan a un planeta sostenible".

Para semejante proyecto, Melissa y Guadalupe eligieron la bicicleta, conscientes de su alto impacto ambiental para reducir la contaminación. Para ellas, es una herramienta de transformación social y de autosuficiencia.

En el camino, además de convivir en centros de permacultura, granjas agroecológicas y redes de cooperativismo solidario, suelen dar talleres de armado y reparación de bicicletas a los que se suman muchas personas, ya que se trata de un proyecto abierto.

Todos podemos seguir las historias de este viaje a través de las redes sociales, donde se las puede buscar como Nómadas Bicibles. Realmente ejemplar.