Cómo enfrentarse al peligroso golpe de calor en los ciclistas

Los días de calor llegaron a Santiago del Estero y es necesario que los ciclistas tomemos precauciones para no pasar un mal momento.

Lo más temido en esta época, son los golpes de calor. A continuación vamos a repasar cómo debemos manejarnos ante una situación así.

El golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal rebasa los 40 grados. Ahí es cuando las cosas empiezan a andar mal, puesto que el cuerpo humano está diseñado para funcionar a una determinada temperatura. Si esos valores son más bajos o más altos que los estimados, estaremos ante un problema.

Se estima que los golpes de calor son más frecuentes a principio de las estaciones calurosas ya que el cuerpo todavía no activa los mecanismos para protegerse adecuadamente.

Para reconocer un golpe de calor debemos prestar atención a estos síntomas:

• Sensación de debilidad.
• Dolor de cabeza y mareos.
• Pérdida de conciencia.
• Aceleramiento de los latidos del corazón.
• Orinar poco.
• Sequedad y enrojecimiento de la piel.
• Ausencia de sudor.
• Hiperventilación.

Es importante tener presente que si notamos estos síntomas en un día de mucho calor, puede que estemos sufriendo uno de estos. Lo mejor es acudir al médico cuanto antes ya que la situación puede ser muy grave.

Las formas de evitar golpes de calor pueden ser muy obvias. Pero las vamos a mencionar igual. Debemos evitar salir a pedalear en las horas más infernales. Eso en Santiago del Estero es casi imposible, ya que las altas temperaturas parecen reinar durante toda la jornada. Pero lo que sí se puede hacer es evitar las horas centrales del mediodía o la siesta. 

Es importante también ir bien hidratado y evitar zonas muy despejadas, sin sombras de árboles que nos puedan ayudar a soportar la temperatura.

El calor y el rendimiento deportivo
Pocos lo saben pero el aumento de la temperatura puede reducir nuestro rendimiento en un 20 o 30%. 

En días de excesivo calor, nuestro cuerpo tiende a esforzarse más para termorregularse. Y eso se logra a través de la sudoración. 

Transpirar mucho supone una mayor pérdida de líquido. No hablamos solo de agua sino también de sales minerales, las cuales son vitales para el rendimiento del ciclista. Dicho esto, el cuerpo puede entrar en fase de deshidratación. En esta fase, la sangre comienza a circular con menor volumen. El cerebro la distribuye hacia la piel para que esta sea capaz de seguir controlando la temperatura del cuerpo. También se reduce la presión arterial.

En este punto, el cuerpo empieza a reciclar el ácido láctico peor. La sangre llega a los músculos en menor cantidad y esos significa que aumentaremos la fatiga.

Una de las formas de combatir el bajo rendimiento a causa del calor es hidratarse mucho. No solo con agua sino también con sales minerales. Y por supuesto, como decimos más arriba, evitar lo más que podamos los golpes de calor.

Esta publicación es sponsoreada por los amigos de Refrigeración Soria Pereyra, de Oscar E. Soria Pereyra (La Banda, Santiago del Estero).